21/06/07

Máquina del Tiempo II

Convertidos en dos seres totalmente extraños, Chico y yo estábamos "perdidos", era muy difícil saber dónde estábamos si no teníamos forma de comunicarnos (al menos no con seres como lo éramos antes)
Caminamos sin rumbo y sin saber qué hacer, hasta que se me ocurrió una idea: Por qué no usar las habilidades de lo que nos había tocado ser! Claro! Chico puede volar y alcanzar ver desde arriba por dónde ir, además de poder entrar en algún pequeño rincón para investigar; Yo podía saltar y salir librada de cualquier peligro gracias a mi rapidez y agilidad.

Fue de esa manera que enrumbamos en esta nueva aventura, muy desafiante por cierto, muy incierta y con mil preguntas que responder. Fue así que tras un largo proceso de "inspección" nos dimos cuenta que estábamos en Egipto en el año 3000 AC. Sí, otro sueño hecho realidad, pero el problema era que era un sueño a medias ya que siendo un gato no podía hacer las perguntas que siempre quise hacer, pero al fin y al cabo era un sueño realizado...a medias, pero realizado.

Como podrán imaginar, todo era muy diferente a como son las cosas ahora, pero muy similares a lo que nos cuentan los libros de historia universal que más de uno ha leido (al menos por obligación). Desde lo alto de un muro, el cual no era muy alto, como todo lo demás, podíamos ver muchas personas caminando calladas, vestidas con túnicas blancas, accesorios en el cabello y con los ojos muy delineados. Tal parece se dirigían a alguna ceremonia religiosa.

Volteo a mirar a Chico y no lo veo..."Chico! Chico! dónde estás? Chico!!!" gritaba entre maullidos estridentes. Chico vuelve a posarse sobre mi y como siempre me trae alguna novedad. Ves hacia allá?, me dice señalando hacia la derecha con una de sus pequeñas antenas, es una niña y está sola...vamos a verla, repite Chico una y otra vez. Y bajamos de un brinco al lado de la pequeña niña solitaria.

Rozando sus piernas con mi cola, trato de llamar la atención de la pequeña egipcia. Asustada y con una sonrisa temerosa me saluda y lleva a sus brazos...y ahora su sonrisa se vuelve risa. Ronrroneo tratando de ganarme su cariño, y ella me rasca la cabecita y dice: Hola soy Sejmet (la poderosa), cómo quieres llamarte. La miro dulcemente y Chico se posa en mi cabeza para ver de cerca todo. Te llamaré NUT (diosa del cielo) porque con las alas de esta mariposa puedes conquitar el cielo.

20/06/07

De cómo descubrí a Polanquito

Antes de seguir con la segunda parte del capítulo anterior, quisiera contarles acerca de un personaje infaltable en este viaje: Polanquito.

Polanquito viene de polaco (oriundo de Polonia para los que no saben)y lo llaman así desde muy pequeño por su casi transparente piel y cabellos claros. El modo cómo lo "descubrí" fue casi risible o tal vez común, es decir no se piensen que el encuentro estuvo lleno de surrealismo, no. Todo lo contrario. Polanquito es un hombre sencillo, genio, simple, ídolo, modesto, sabio, capaz, humano; es lo uno y lo otro y lo del otro también.

La primera vez que vi a Polanquito fue a través de una ventana. Yo caminaba apresurada por una vereda mojada de París y él fumaba un cigarrillo en un café de aquellos tan tradicionales que existen por allá. Su imagen me impresionó al punto de hacerme detener en medio de la calle, cruzar la pista y pararme en frente de esa ventana para ver de cerca a este personaje tan particular.

Al verme me invitó a entrar, compartir un café y más que eso...su vida. Escucharlo contar todas esas historias era como vivir cada momento de su vida. Polanquito lleno de canas y líneas que expresan más que el paso del tiempo, me enseñó el valor que le daba a todo, el valor que le daba a nada, lo bien que se siente vivir y dejar vivir.

Yo, una mujer con la cuarta parte de su vida, no tenía más que escuchar y preguntar, era como un libro más que abierto, una biblioteca popular dispuesta a compartir sus páginas, letras y fotos...y así pasaron dos, tres, cuatro, cinco horas y seis cafés y el sueño no llegaba ni el cansancio nos mataba; Polanquito y yo hicimos un pacto: aprender uno del otro, yo con mis dudas y prontas respuestas, y él con sus experiencias y falsas caídas.

TQM

14/06/07

Máquina del Tiempo (Parte I)

Otro de mis más grandes deseos siempre fue retroceder o adelantar el tiempo, estoy segura que a muchos les pasa lo mismo. Ya sea para ver cómo eran las cosas en el pasado o futuro, o para solucionar algo de lo que se arrepienten o simplemente vivir algún momento importante nuevamente. Me inclino por la primera y última.

Eran las doce del mediodía, Chico y yo estábamos sentados frente al mar conversando sobre nada, algo cansados pero siempre ansiosos y optimistas. Decido meterme al agua y disfrutar un poco de la naturaleza (hermosa como siempre). Mientras estoy en el agua puedo ver a Chico husmeando en la arena con mucha impaciencia, me mira y voltea, me vuelve a mirar y me dice que salga corriendo. Al rededor veo gente común disfrutando del soleado día sin darse cuenta de lo que pasaba, es decir todo andaba muy normal, por lo que ver a Chico tan entusiasmado y al mismo tiempo asustado me causó curiosidad...decidí salir del mar.

Me quedo en silencio pero luego reacciono y avanzo hacia Chico quien me espera con una nueva sorpresa. Alguna vez han visto un reloj de arena?? pues yo nunca, pero esa fue la primera vez que vi tan cerca un reloj así. Era tan grande que sólo podía agarrarlo con las dos manos, era tan pesado que Chico y yo teníamos que sostenerlo juntos, era tan viejo que de sólo olerlo sentías el paso del tiempo en él...y así fue como todo empezó (ojalá nunca acabara)
Pusimos de cabeza el reloj con el fin de esperar que pasara el tiempo y ver cuánto duraba En ese momento todo empezó a dar vueltas, me sentía mareada y un poco dormida porque el movimiento era demasiado rápido, me sentía como en un remolino...de pronto caimos al suelo como si alguien nos hubiese soltado en el aire; no teníamos fuerzas para levantarnos de donde estábamos, sentí un poco de miedo.
Al mirar de reojo a Chico grande fue mi sorpresa: no estaba! No puede ser, me decía a mi misma, sola no es lo mismo. En ese instante siento que alguien me habla al oido, volteo y no veo a nadie pero sigo escuchando esa voz. Quién es, quise decir pero sólo escuché un maullido saliendo de mi voz. Qué es esto???? quise decir, y esa pequeña voz que me hablaba anteriormente me dijo: "Soy Chico, mírate en el reflejo de la ventana de esa casa". Cuando miré lo que se reflejaba en esa ventana pude ver un hermoso gato con una mariposa posada en su oreja.
Eramos Chico y yo
Continuará...

Chico

Chico...mi chico...mi amigo...el único.

Cómo no dedicarle un capítulo dentro de toda esta impensable historia! Cómo dejar de contarles acerca del personaje más noble, fiel, compañero, cómplice e inmortal! Chico, el único que hace honor al sustantivo AMIGO...con letras mayúsculas...no hablar de él es un delito que jamás cometería.
Cómo nos conocimos ya lo conté en un capítulo anterior (magia); pero cómo es él, no sé si me alcancen letras para detallar tanto misterio.
Chico no es un perro, tampoco es un hombre, sólo es. Puede tener cuatro patas y una hermosa y diminuta cola (la cual mueve sin cesar) pero es más que eso; puede ladrar pero también sonrie y escucha, puede tener una nariz muy húmeda pero también reconoce lo malo de lo bueno, puede levantar la pata para orinar pero también consuela en momentos de angustia o dolor, puede tener orejas largas y caidas pero también protege lo que más quiere, puede lamer ansiosamente su comida pero es auxilio seguro...
Chico no es común en donde vaya, puede percibir una alegría de una tristeza, acoger al que lo necesita, Chico es el color en el infinito, el brillo de los ojos de tu hijo, es agua en momentos de sed...y así es Chico, y no sé si haga justicia con esto que digo, sólo sé que desde que llegó a mi vida no quiero que salga jamás.

10/06/07

A través del lente

Como es usual, dentro de mi mochila lo primero que pongo es mi cámara de fotos, aquel tercer ojo que me permite captar todo lo que, a mi parecer, merece ser recordado y vivido una y otra vez; es por eso que en este viaje no podía hacer la excepción.

Hemos cruzado la puerta y estamos un poco ansiosos, todo es oscuridad y mucho silencio, nustros corazones laten como diciéndole uno al otro que algo aún más extraordinario va a suceder...Chico me toma de la mano en señal de protección y yo lo miro respondiendo así que nunca me sentí sola a su lado...trato de mirar hacia el frente buscando tal vez una salida, y sí...hay una salida...siempre hay una salida.

Pero veo y no veo, abro bien los ojos para poder mirar claramente y a lo lejos puedo notar que no hay nada, sólo un pueblo común y corriente, carente de color, todo es gris, todo es muy triste y sin sentido...conmovida tomo mi cámara, pero al colocar mi ojo en la mira algo extraño sucede, y es que con sólo intentar captar una imagen, todo cambia. Pienso que es mi interior el que hace todo esto, tal vez sean mis ganas de ver la vida de otra forma, con formas, con luz, sonrisas, sonido, vida!

Capturo una imagen y ésta se queda estática en la realidad...trato de colgarla de las pocas nubes que hay y así hago con todo lo que pueda. Trato de tomar muchas fotos y hacer un círculo en el aire, de pronto todo comienza a cobrar forma, las aves, los niños, los delfines, los girasoles, los campos, el mar, las palabras...
Veo a Chico a lo lejos trayendo algo entre sus dientes, se me acerca con mucha prisa y sonriendo al punto de casi dejar caer lo que lleva. Voy a su encuentro y veo que lo que sostiene es un album de fotos polvoriento y casi hecho pedazos por el tiempo (al parecer tiene muchìsimo tiempo, calculo que más de cincuenta años). Al tomarlo cae una foto muy grande, del tamaño de un cuaderno abierto, en ella puedo ver mucha tristeza, mucha pena, silencios, lágrimas, lamentos; es imposible no llorar al ver aquello. Me doy cuenta que esa foto es de aquel lugar que encontramos y que lleva así por mucho tiempo. Chico me propone sacar la mayor cantidad posible de fotos y colgarlas de donde podamos. Me parece buena la idea y no me canso de disparar a todo lo que vea y no vea...y así al fin no hay ningún rincón sin vida...estamos satisfechos, podemos irnos.
Me voy pensando que muchas veces las vida la vemos sin color o simplemente vacía, y lo único que necesitamos es ese "tercer ojo" (el que está en nuestra mente) para poder ver la vida de otra manera.

9/06/07

La Puerta

Al día siguiente, las cosas no serían nunca más iguales, todo era como lo había vivido en mis sueños. Todo era perfecto, al menos para mi: el mar, el cielo despejado, la música de fondo (todo el día), vino a la mañana, a la tarde y a la noche; pescado en la mesa, nadie discute, no existe el dinero, la belleza interna es externa, fotos, fotos y más fotos; el día y la noche no tienen fin y los niños corren libres sin temor...el paraíso.
Chico corre husmeando por donde vaya, está emocionado ante la fotografía perfecta de un mundo perfecto; pero algo lo detiene, sonrie, voltea a mirarme (me gusta cuando hace eso) y con su pequeña nariz me indica que algo bueno va a pasar. Me detengo en lo que hago y tomo mi cámara (no me quiero perder de nada), mientras camino hacia donde se encuentra Chico puedo notar algo muy luminoso capaz de cegarme, pero me sigo acercando y su luz se va apagando (no suele pasar, pero acá nada usual pasa). Chico no deja de mirarme, parece esperar qué cara pondré al ver lo que me muestra. Miro fijamente pero no logro ver bien, me acerco más y no lo puedo creer: era una puerta, esa que nos llevaría a una nueva aventura con sólo tocarla. Cómo me gustaría regalársela a todos, pero sólo existe acá en el mundo de F, de todas maneras tengo las fotos como evidencia para ustedes.

Me despido de F con un abrazo entre risas y silencios, es hora de partir y continuar este viaje que nos depara nuevo rumbos, nuevos comienzos y la seguridad de que todo saldrá bien. Chico abre la puerta y no mires atrás...

Sorprendidos

Después de mi primer vuelo, lo que viniese pensé nos iba a sorprender muy poco, pero estaba muy equivocada.

Al acercarme nuevamente a "ellos" podía darme cuenta que todo al rededor era conocido para mi, fue como un dejavú estar ahí. Pero entre todos había uno muy particular, sí yo sabía quién era él, no podía ser otro, me dije. Corrí segura de mi misma y esperando el abrazo guardado sólo en esos sueños cortados. Mientras me acercaba más el corazón latía más fuerte. Chico corría detrás de mi en señal de protección, pero esto lo tenía que hacer sola, lo siento Chico. Mis brazos abiertos dando y recibiendo, sólo tiene que ser él, me seguía diciendo. Ya estábamos frente a frente y no atiné a decir nada, sólo abrazar y ser abrazada, sí eras tú, me decía por dentro, cuánto he esperado este momento, cuantos días, lugares, personas pasaron, pero eres tú por fin!

Sentí las sueves manos a mi al rededor, los ondeados cabellos cayendo por mi rostro, miré sus infinitos ojos, no hay duda eres tú, eres F...mucho silencio nada de dudas.

Todos miraban al cielo, nadie decía nada, sólo Chico sonrió, movió su pequeña cola y dijo: los sueños se cumplen. Y sí, los sueños se cumplen, yo volé, conocí a F y ahora sé que está conmigo todo el tiempo, lo siento así, así lo dijo y yo confío.